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Isabel

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Última actualización: 10/05/2014

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Yo voy a contar mis aventuras de recién llegada solo en lo relativo a vivienda. Llegué a finales de Marzo con nerviosismo en las maletas y mucho pero que mucho frío, aprendí lo que significa que te castañeteen los dientes de frío. Pude quedarme un mes en la casa de unos amigos que se iban de vacaciones y hasta les venía bien que invadiera su casa, pues hice eso. Muchos me decían, que tengo mucha suerte.

Tardé 4 semanas en comenzar a trabajar en un tour operador que no estaba mal, todo el mundo me decía que tengo mucha suerte (otra vez?), en un abrir y cerrar de ojos mi experiencia laboral ha pasado a segundo plano, pero ese es otro tema.

Llevaba puesto el modo: “supervivencia”, jamás había podido sobrellevar tan bien los contratiempos, pero claro está, cuando no tienes techo, lo demás puede pasar a segundo plano. Comencé a ver sitios, cuchitriles, cuevas horripilantes, sitios infestados de veinteañeros que te miraban de los pies a la cabeza como tratando de descubrir de que época procedes (tengo 34, no 34.000.000), sitios que parecían que habías ido a vivir al norte de África o sitios en los que la sensación de seguridad brillaba por su ausencia y yo recorría la ciudad con el frío que se había instalado en mí. Me comencé a poner nerviosa porque llegaba el día en que mis amigos volvían y me sabia mal seguir en la casa en plan invasor, si, estarás pensando: “no pasa nada por unos días más”, pues mi parte delicadamente estúpida se apodero de mí.

Pues que hice?… una tontería, cómo no!!!. Alquilé una habitación en un hostel, no tenían habitaciones individuales así que me dije: “qué más da, mujer!!!…. en cuanto haya una individual, me cambio”, pues llegué al hostel y los olores de los pasillos me removían las tripas, pero seguro que solo era mi impresión!!! (o eso quise creer porque el estado de los baños o las duchas a veces eran de peli de miedo), acomodé mis cosas y mi compañera de habitación no estaba, me metí en la cama en la que me encontré amistosos muelles en el colchón esperándome para darme la bienvenida.
Media noche, abren la puerta, encienden las luces y entran riendo, y yo pienso: “entran riendo?, que no era una habitación doble?, si yo estoy aquí, comparto con unas siamesas?”, pues no, era mi simpática compañera que llegaba con una amiga, como saludo me miraron y mi compañera me pregunto: “hasta cuando te quedas?”, si, si… muy amistosa.

Pues bien, además de los resortes dándome la bienvenida, ellas celebraron una noche de charlas, cotilleos, risas, entradas y salidas de la habitación durante toda la noche, por la mañana pasé por la recepción a pedir que me pusieran en una habitación doble de verdad y eso provoco que la mujer en cuestión ya no quisiera hablarme nunca más…., si… lo mismo pensé yo: “vaya pérdida”. Viendo el panorama, notifique en el hostel que me quedaba 2 semanas solamente, supuse que era tiempo suficiente para buscar y encontrar.

Continué buscando y feliz de mi, encuentro un sitio perfecto, un dúplex precioso, el chico súper simpático y todo ideal, que me mudo… si señor!!!…. y fue el momento en que comenzaron los problemas.

Luke (que así se llamaba el chico tan simpático) me comenzó a llamar y enviar mensajes unas 10 veces por día. A lo que se supone que tenía que pagar por renta y depósito le sumó un trámite con una agencia para ver mi solvencia (este…. mmmmm…. que llevo un mes en Londres, no esperes mucho historial), que tenía que pagar a la dichosa agencia unas 200 libras, dos días después además tenía que pagar otras 200 libras más para cambiar el nombre en el contrato y en cuanto se fuera la otra chica del piso (que se iba ese mes) otras 200 libras para cambiar nuevamente el nombre en el contrato, pero en ese cambio él podía compartir el gasto conmigo, conmovedora colaboración”, cuando le dije que no me mudaba, se acordó de mí, de toda mi familia y de los vivos y muertos que he conocido y conoceré, pero bueno… intenté echarle un par a la situación, sobretodo porque su ingles era súper difícil y le entendía la mitad de lo que me decía, así que dolió menos :S

A todo esto llevaba 12 días en el hostel, de los cuales 3 mi querida compañera apareció borracha en su cama, con al menos una botella de vino vacía y un montón de comida tirada por el suelo (yo es que ni me enteraba porque soy una roca durmiendo y si me pongo tapones para los oídos, ya la cosa es de profesionales) en 2 días me tenía que ir….. ufff, día 13, todavía no hay nada, pues me acerqué a recepción: “excuse me, pues mira, quería ampliar mi reserva al menos una semana más, bla bla bla”, del otro lado del mostrador un ser impávido me dice: “pues la habitación ya está reservada y no tenemos sitio”, entonces yo: “entiendo, me imagino que hay alguna forma de solucionar esto…”, mostrador parlante: “si, tiene que dejar la habitación mañana” y mi corazón dejó de palpitar, “y ahora qué hago yo?, una sintecho!!!”.

Llamada de urgencia a mi amigo: “que no tengo casa, me puedo ir a la tuya?”, respuesta: “que chica tan tonta, por qué te fuiste, vente inmediatamente”, por tercera vez en 5 semanas me mudaba.
Durante el fin de semana fui a ver 3 sitios, uno cerca de la casa de mi amigo, casa grande en la que vivían 5 personas, salón y cocina grandes, todos los habitantes (o al menos los que vi en ese momento) son de edad más bien adulta (al menos 35 años), la habitación es pequeña, pero la casa parece limpia y recién renovada, siguiente sitio: piso de 3 dormitorios, a compartir con un Indio (el landlord) y un español, en mi habitación habrían 2 armarios, yupi!!!, pero uno estaba lleno de trastos de la casa, y yo pensando: “hello???”. Tercera visita: un tipo encantador, psicólogo emocional o algo así, su madre estaba de visita, encantadores a la par que amables, charlamos durante mucho tiempo y la habitación de tamaño mediano, buena relación calidad precio, a compartir con el psicólogo encantador y su hermano.

Noche de cábalas y decisiones, pues gana la tercera opción y le escribo al psicólogo para comentarle que me interesaba y me dice que está encantado, que me fuera cuando quisiera, pues bien… una noche antes de ingresarle el deposito en la cuenta me envía un sms a las 4 am, si, en la madrugada!: “ha pasado algo, por favor no ingreses el depositó”, pues al día siguiente súper angustiada le escribo para saber que pasaba y su respuesta es: “tengo este tipo de dolor físico cuando algo no anda bien, me reuniré con un psíquico a ver que puede ser, lo siento, sigue buscando”, pues ya te imaginaras mi cara, no????….. no pude cerrar la boca durante un buen rato!.

Finalmente y por cuarta vez en 6 semanas me mude a la casa grande y compartía con 2 australianos, 1 indio, 1 sud africano y 1 inglesa, y aquí sigo, nuevamente la gente me decía: “pero que suerte”, pero también me decían: “vas a acabar con los raros de Londres!”.

Conclusiones del relato:

• Si tienes un amigo que te ofrece su casa, no seas idiota ni vayas de autosuficiente.
• Si te llaman o escriben más de 5 veces al día, sospecha. También si te escriben a las 4 am.
• Si tienes que vivir en un hostel, no olvides los infaltables “ear plugs” y ponerte la espalda anti muelles.
• Cuando vengas a Londres, cómprate unas buenas maletas, puede que tengas que mudarte más de lo esperado.
• Si te dicen que tienes mucha suerte, sonríe y respira.
• Y sobre todo, no olvides que Londres puede ser un monstruo, es una ciudad maravillosa pero un recién llegado aquí es exactamente eso, un recién llegado y seguro toque pasar por situaciones peculiares

Muchas gracias por leerme!

Isabel


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